martes, 6 de noviembre de 2012

EL PAYASO RISITAS

Os dejo otro cuento motor que se puede desarrollar perfectamente en el aula.
 
EL PAYASO RISITAS
 
Había una vez un payaso que no sabía reír y además cuando salía en el circo tampoco hacía gracia a los niños que iban a verlo.
El payaso estaba muy triste (Poner cara triste, apretando labios suavemente y entornando los ojos). Pero un dio cuando estaba medio dormido y pensando qué hacer para no estar triste y hacer reír a los demás, apareció su hada madrina, y le preguntó:
- ¿Qué te pasa?.
- Pues que cuando salgo al circo y hago la función, nadie se ríe. Vamos, no me río ni yo. Mira no se me mueve ninguna parte de mi cara, ni puedo levantar ni brazos ni pies, de triste que estoy.
- Bueno esto se va a solucionar muy pronto.
Entonces, sacó su varita mágica, y dijo unas palabras:
- Pata tááá pata tííí todo el mundo a reír. (Repetir).
- ¿Ya está?, preguntó el payaso.
- Ya está,- le contestó -; en la próxima función, lo veremos.
Pero antes tengo que comprobar si tienes preparado la cara y todo el cuerpo para hacer reír a la gente. Tienes que moverlo todo, y entonces seguro que harás reír a todos y tú también te reirás y estarás alegre. Yo te acompañaré. (Los niños acompañan todos los movimientos para ayudar al payaso).
Y así lo hizo:
(Empezó a mover los ojos, abriendo y cerrando los dos a la vez, uno y otro alternando). (Luego continuo con los labios, haciendo pedorretas, juntándolos y separándolos sin hacer y después haciendo ruido, poniéndolo uno encima de otro, poniéndose serio y con sonrisa).
El payaso, cada vez se iba poniendo más contento, porque cada vez movía más y mejor las partes de la cara. Siguió con la lengua (moviéndola de un lado para otro, de arriba a abajo, intentando tocar la nariz, dentro y fuera, paseándola por los dientes, rápido y lento).
Después hizo como si fuese a inflar un globo (tomaba aire por la nariz y soplaba suave por la boca, después más fuerte para inflarlo mejor, incluso soplaba tres veces seguidas).
Todo iba saliendo muy bien y seguía más animado.
(Luego empezó a repetir palabras acompañado de palmadas: pa-lo, pa-ta-ta, so-pa, mo-no, ca-fé, si-lla, ven-ta-na, ni-ño, pozo, de-do,… Siguió diciendo expresiones inventándose diferentes ritmos: ooooeeeee, hooolaaa, hola holaaaa., aíi, aíiiíí, aíiíí, eoo, eoo eooooo)
Cuando el payaso vio que todo le había salido estupendamente sonrió y le dio las gracias a su hada madrina, y se despidió de ella:
- ¡Adiós, adiós, muchas gracias!.
Entonces el payaso actuó al día siguiente y mucho mas días, y todos reían con las cosas que hacía (jajaja ja, jejejeje, jijijíji, jojojojojo, jujujuju)
Nunca más estuvo triste, y siempre estaba alegre y riendo.
Desde entonces le llamaban el payaso risitas.
Por eso siempre debemos intentar estar alegres y contentos, para que los demás también lo estén.
Colorin, colorado,….

domingo, 4 de noviembre de 2012

LA PEQUEÑA ESTRELLA DE NAVIDAD.



Para trabajar la Navidad se pueden utilizar algunos cuentos que traten sobre algún aspecto de esta fiesta cristiana. Yo he elegido este cuento pero hay muchos más, además éste se puede adaptar y hacerlo más corto, pero os enseño el original.
Este cuento se puede hacer mediante títeres y luego realizar varias manualidades(hacer un árbol de navidad, un Belén...), concluyéndolo con algún que otro villancico.
Os dejo algunas imágenes de las que os podéis servir para luego hacer los títeres.

LA PEQUEÑA ESRTELLA DE NAVIDAD
De entre todas las estrellas que brillan en el cielo, siempre había existido una más brillante y bella que las demás. Todos los planetas y estrellas del cielo la contemplaban con admiración, y se preguntaban cuál sería la importante misión que debía cumplir. Y lo mismo hacía la estrella, consciente de su incomparable belleza.
Las dudas se acabaron cuando un grupo de ángeles fue a buscar a la gran estrella:
- Corre. Ha llegado tu momento, el Señor te llama para encargarte una importante misión.
Y ella acudió tan rápido como pudo para enterarse de que debía indicar el lugar en que ocurriría el suceso más importante de la historia.
La estrella se llenó de orgullo, se vistió con sus mejores brillos, y se dispuso a seguir a los ángeles que le indicarían el lugar. Brillaba con tal fuerza y belleza, que podía ser vista desde todos los lugares de la tierra, y hasta un grupo de sabios decidió seguirla, sabedores de que debía indicar algo importante.
Durante días la estrella siguió a los ángeles, indicando el camino, ansiosa por descubrir cómo sería el lugar que iba a iluminar. Pero cuando los ángeles se pararon, y con gran alegría dijeron “Aquí es”, la estrella no lo podía creer. No había ni palacios, ni castillos, ni mansiones, ni oro ni joyas. Sólo un pequeño establo medio abandonado, sucio y maloliente.
- ¡Ah, no! ¡Eso no! ¡Yo no puedo desperdiciar mi brillo y mi belleza alumbrando un lugar como éste! ¡Yo nací para algo más grande!
Y aunque los ángeles trataron de calmarla, la furia de la estrella creció y creció, y llegó a juntar tanta soberbia y orgullo en su interior, que comenzó a arder. Y así se consumió en sí misma, desapareciendo.
¡Menudo problema! Tan sólo faltaban unos días para el gran momento, y se habían quedado sin estrella. Los ángeles, presa del pánico, corrieron al Cielo a contar a Dios lo que había ocurrido. Éste, después de meditar durante un momento, les dijo:
- Buscad y llamad entonces a la más pequeña, a la más humilde y alegre de todas las estrellas que encontréis.
Sorprendidos por el mandato, pero sin dudarlo, porque el Señor solía hacer esas cosas, los ángeles volaron por los cielos en busca de la más diminuta y alegre de las estrellas. Era una estrella pequeñísima, tan pequeña como un granito de arena. Se sabía tan poca cosa, que no daba ninguna importancia a su brillo, y dedicaba todo el tiempo a reír y charlar con sus amigas las estrellas más grandes. Cuando llegó ante el Señor, este le dijo:
- La estrella más perfecta de la creación, la más maravillosa y brillante, me ha fallado por su soberbia. He pensado que tú, la más humilde y alegre de todas las estrellas, serías la indicada para ocupar su lugar y alumbrar el hecho más importante de la historia: el nacimiento del Niño Dios en Belén.
Tanta emoción llenó a nuestra estrellita, y tanta alegría sintió, que ya había llegado a Belén tras los ángeles cuando se dio cuenta de que su brillo era insignificante y que, por más que lo intentara, no era capaz de brillar mucho más que una luciérnaga.
“Claro”, se dijo. “Pero cómo no lo habré pensado antes de aceptar el encargo. ¡Si soy la estrella más pequeña! Es totalmente imposible que yo pueda hacerlo tan bien como aquella gran estrella brillante... ¡Que pena! Mira que ir a desaprovechar una ocasión que envidiarían todas las estrellas del mundo...”.
Entonces pensó de nuevo “todas las estrellas del mundo”. ¡Seguro que estarían encantadas de participar en algo así! Y sin dudarlo, surcó los cielos con un mensaje para todas sus amigas:
"El 25 de diciembre, a medianoche, quiero compartir con vosotras la mayor gloria que puede haber para una estrella: ¡alumbrar el nacimiento de Dios! Os espero en el pueblecito de Belén, junto a un pequeño establo."
Y efectivamente, ninguna de las estrellas rechazó tan generosa invitación. Y tantas y tantas estrellas se juntaron, que entre todas formaron la Estrella de Navidad más bella que se haya visto nunca, aunque a nuestra estrellita ni siquiera se la distinguía entre tanto brillo. Y encantado por su excelente servicio, y en premio por su humildad y generosidad, Dios convirtió a la pequeña mensajera en una preciosa estrella fugaz, y le dio el don de conceder deseos cada vez que alguien viera su bellísima estela brillar en el cielo.






LOS ANIMALES DE LA GRANJA



Este es otro cuento motor que se puede desarrollar en el aula, después de contarlo podemos cantar alguna canción como el Arca de Noé y utilizar imágenes de animales.

LOS ANIMALES DE LA GRANJA

Había una vez un hombre que vivía en una granja. Todos los días se levantaba muy temprano (Bostezar como sí nos estuviéramos levantando). Siempre lo hacía cuando cantaba su gallo Kiriko (kíkiríki, kíkíríkííiíí, …. ). Luego se lavaba y después desayunaba leche y unas tostadas de pan muy ricas (Abrir y cerrar la boca primero despacio y después rápido, aumm, aumm,…. imitando comer). Seguidamente, se iba a cuidar a los animales. Primero limpiaba las cuadras donde estaban, y lo hacía cantando (lalalala, lalala lalalala lale, lalalala lá lalalali,…. se pueden seguir inventando diferentes ritmos).
Todos los animales estaban muy contentos porque veían que el granjero estaba contento y lo dejaba todo muy limpio para que ellos estuvieran a gusto. Después de haberlo limpiado todo, empezaba a dar palmadas (distintos ritmos de palmadas), diciendo:
- Todos a comer.
Y todos los animales se relamen, porque ya tenían hambre (mover la lengua de un lado para otro pasándola por los labios de arriba y luego por los de abajo, despacio y rápido. Luego apretar los labios uuummmm, uum, uumm, … ) y se preparaban para recibir la comida.
El granjero empezó a darle de comer a las gallinas:
- Hola gallinitas, (pita, pita, pita, pita, piíita,….)
Las gallinas lo recibían muy contentas (cooooco, cococoooooco, ….) y los pollitos también (pío pío píooo…) y empezaban a picar el trigo que les echaba.
Después siguió con los patos:
- Hola patitos, y silbaba para llamarlos (intentar silbar varias veces, aunque solo salga el soplo).
Los patitos acudían rápidos (cuaca, cuaca, cuaaa…) y comenzaban a comer.
Luego se iba a donde estaban otros animales, la vaca, el cerdo, las ovejas y las cabras, a los que también saludaba.
-Hola, hola, (Hacemos participar a los niños para que digan varias veces el saludo, para que les puedan contestar los animales).
Y todos los animales contestaban alegres (la vaca: muuu, muuu, muuu,…. el cerdo: oinnn oiíinnn oíiínnn,…. las cabras y las ovejas: beeee, beeee, beeee, …. ) y se pusieron a comer.
Por último acudió corriendo su caballo (tocotoc, tocotoc, tocotoc,..) y también los conejos, porque ellos también querían comer. Y cuando les dio la comida, empezaron a mover su boca (movimiento de labios cerrados, abiertos, lento, y algo más rápidos), y allí se quedaron todos.
El granjero, cuando acabó la tarea, se fue a su casa a comer y a descansar un poco.
Cuando llegó la tarde fue al campo con su perro, los dos iban muy alegres; el granjero cantando (lalala lá, lalala lala lala la,….) y el perro lo acompañaba (guauu, guauu, guau guau guauuu,…).
Iban alegres porque tenían que cortar hierba para que los animales de la granja, tuvieran comida al día siguiente.
Cuando acabaron volvieron a la granja igual de contentos (repetir lo anterior, si se quiere con otros ritmos).
Al final del día se fueron a cenar, y después a dormir (Inspirar por la nariz y echar el aire por la boca, como haciendo el dormido).
Todos los animales de la granja, también dormían felices, porque tenían un granjero que los cuidaba muy bien, y por eso lo querían mucho.
Por eso, siempre que se cuida bien a los animales, nos querrán mucho.
Colorín, colorado,….



Letra de la canción El arca de Noé
 
Un día Noé a la selva fue
puso a los animales alrededor de él.
El Señor está enfadado el diluvio va a caer
no os preocupéis porque yo os salvaré
Y estaba el cocodrilo y el orangután
dos pequeñas serpientes y el águila real
el gato, el topo, el elefante, no falta ninguno
tan sólo no se ven a los dos micos.
Y gota a gota empezó a llover
pero no os preocupéis que yo os salvaré
Y estaba el cocodrilo y el orangután
dos pequeñas serpientes y el águila real
el gato, el topo, el elefante, no falta ninguno
tan sólo no se ven a los dos micos.

DINO EL CERVATILLO

DINO EL CERVATILLO

Este cuento me gustaba mucho de pequeña y lo utilicé en el taller, a los niños les encantó el personaje de Dino. Cuando terminé hice algunas preguntas sobre comprensión lectora.
El Cuento es de Vilmar Ediciones S.A 


DINO EL CERVATILLO

-Es hora de ir al colegio- dijo Doña Tula a sus tres hijitos.
- No os dejéis las carteras- apuntó papá Cosme que era muy recto.
La escuela estaba un poco lejos y Don Cosme los llevaba y recogía cada día. Hiciera frío o calor los conejitos no faltaban a clase nunca.
Aquella mañana era fría y Don Cosme, llevó a sus hijos a la escuela. Cuando regresaba a casa, encontró a Dino, el cervatillo, que estaba muerto de frío.
-Oye Dino, ven a casa. Aquí te enfriarás- le dijo Don Cosme.
Doña Tula le preparó un tazón de leche caliente y se reanimó.
-Debo continuar- dijo triste.
-Qué mala suerte!- dijo Dino- con esta nieve es peligroso andar.
-Doña Tula se acercó a la ventana- ¡Dios mío!, los pequeños están en la escuela.
-¿Qué haremos ahora?- lloraba la coneja.
-Tengo una solución- exclamó Dino.
-Les iré a buscar y les montaré encima y no habrá peligro.
Dino trotando valiente en medio de la tormenta de nieve, encontró un pajarito…
-¡Oye amiguito! Guíame hasta la escuela por favor- dijo el cervatillo al pajarito.
Dino finalmente gracias a las indicaciones del pajarito encontró la escuela y a los hijitos de Don Cosme y Doña Tula.
Qué contentos estaban los conejos, cuando vieron a sus hijitos sanos y salvos. Todo gracias al cervatillo Dino: ¡Qué valiente es!